La voz pública
Dinamarca | 11 min | Sin diálogos
Cortometraje no-narrativo inspirado en el cuadro homónimo de Paul Delvaux. Una lupa explora con detalle el cuadro "La voz pública" no alcanzando a ver nada en su interior, al enfocar el tranvia situado en el fondo del cuadro, nos introduce en su interior por una sucesión de paisajes arquitectónicos en una especie de zoom inverso que se introduce más y más en la imagen para luego realizar el trayecto opuesto, sólo que por un camino completamente distinto.
Como ven nada que pueda ser reducido a una
narración convencional, de ahí lo de la no verbalidad, pero que tampoco
se limita al simple truco técnico, ya que continuamente se nos están
dando pistas, en claro guiñó surrealista, sobre la existencia de un
mensaje ulterior y unificador, que el propio creador se ocupa de
escamotearnos una y otra vez.
Así el camino de ida que tiene su origen en el cuadro no nos lleva dentro de él sino a una serie de vistas arquitectónicas, que parecen reconstruir una sui generis historia de la disciplina, una serie de espacios ideales que se esconden detrás del cuadro de Delvaux o a los que nos llevaría el tranvía que aparece en su centro. Sin embargo, es en el camino de vuelta, cuando el corto alcanza su culmen, con diferentes cuadros (es posible distinguir la Mona Lisa o el Jardín de las delicias) transformándose los unos en los otros, como si estuvieran contenidos en ellos y sus significados unidos por extrañas relaciones secretas, ocultas a nuestros ojos, y donde una y otra vez se nos recuerda la obra de partida, acompañado por una música discordante, sin aparente conexión con lo que estamos presenciando, y cuya única misión es precisamente crear desasosiego, señalar la cercanía ya, de la amenaza de esas relaciones invisibles que unen todo el tinglado, y que se suponen esenciales. (Caminando en círculos)
Así el camino de ida que tiene su origen en el cuadro no nos lleva dentro de él sino a una serie de vistas arquitectónicas, que parecen reconstruir una sui generis historia de la disciplina, una serie de espacios ideales que se esconden detrás del cuadro de Delvaux o a los que nos llevaría el tranvía que aparece en su centro. Sin embargo, es en el camino de vuelta, cuando el corto alcanza su culmen, con diferentes cuadros (es posible distinguir la Mona Lisa o el Jardín de las delicias) transformándose los unos en los otros, como si estuvieran contenidos en ellos y sus significados unidos por extrañas relaciones secretas, ocultas a nuestros ojos, y donde una y otra vez se nos recuerda la obra de partida, acompañado por una música discordante, sin aparente conexión con lo que estamos presenciando, y cuya única misión es precisamente crear desasosiego, señalar la cercanía ya, de la amenaza de esas relaciones invisibles que unen todo el tinglado, y que se suponen esenciales. (Caminando en círculos)
Leif Marcussen (1936-2013) fue un director de cine de animación danés, estudió diseño gráfico en la Escuela de Artes Aplicadas y pintura en la Real Academia Danesa de Bellas Artes. En 1972 fue contratado como diseñador gráfico en Danmarks Radio TV.
En su filmografía destaca Den offentlige røs (1988) en la lista de los cien mejores cortos de animación que en su día elaboró el Festival de Annecy y Angeli (2002)
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