Vampires in Havana
Cuba, España, RDA (Alemania) | 69 min | Español c/subtítulos en inglés (srt)
"La Habana, 1933. Un científico vampiro, el profesor Van Drácula, ha emigrado a Cuba junto con su sobrino Joseph para trabajar en una fórmula que permita a los vampiros vivir bajo el sol. Su sobrino se ha criado en La Habana con la fórmula y junto a sus amigos cubanos, lucha contra el tirano Machado. El grupo de Vampiros Europeos, al conocer de la existencia de la fórmula, viajan a La Habana para apoderarse de ésta y monopolizar su producción y venta mundiales. Los Vampiros de Chicago (La Copa Nostra) quieren destruir la fórmula, pues el consumo de la misma por los vampiros pone en peligro sus negocios de casinos y playas subterráneas. Joseph, sin saber que él mismo es un vampiro, se ve envuelto en otra guerra: una guerra de vampiros por la fórmula." (Programa Ibermedia)
"(...) Es una de las películas más reconocidas de dibujos animados del mundo iberoamericano, además de ser la producción más comercializada internacionalmente del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica.
En la década de los ochenta en la isla predomina el cine de género, capaz de reflejar el cataclismo del momento del Período Especial. Se vive un proceso social que trae consigo un estilo crítico del cual se nutre esta película, cuestionadora y reflexiva, que recrea los años treinta, mirando a un pasado que justifica una globalización y que, de entre sus peculiaridades, cabe destacar la del monopolio mundial de los grandes estudios de Hollywood, pero además la pluralidad, la novedad y nuevas idiosincrasias permitiendo la ruptura con lo clásico.
Es así, bajo un llamado Cine Imperfecto y mediante el uso de un lenguaje dirigido a un público maduro, como se generan cambios en los patrones establecidos y se permite ver reflejado el momento histórico con el cual se identifica el receptor de la obra. La animación, estereotipo encasillado a la infancia, queda anulada por ese hablar intencionado con tono adúltero, político y con un generoso toque de humor negro como, se puede ver en el minuto trece, en la famosa escena donde se ofrece catar sangre humana. Esta tendencia fue criticada en diferentes países, sobre todo en aquellos donde el capitalismo estaba más consolidado (...).
En el mundo de la gran pantalla, la universalización de las obras maestrasse debe a una reiteración de tramas, problemas y personajes pero el tratamiento de temas políticos y sociales de este momento rompe con ella. La narración, específica de esta etapa socio-cultural única, ofrece al espectador de la obra nuevas sensaciones y aspectos no vistos con anterioridad en el cine. Ya no encontramos superhéroes, los ídolos son, ahora, humanos.
El tratamiento de los temas críticos bajo el punto humorístico podría inducir al equívoco de creer que no es más que una simplificación de los problemas, como es habitual en el cine de animación clásico donde el bien y el mal están claramente diferenciados, no obstante, esta suposición aquí sería errónea. La banalización es utilizada como herramienta, arma de crítica, restando importancia a temas impactantes y típicos de los países latinoamericanos, que los subraya otorgándole, de esta manera, mayor visibilidad.
Juan Padrón enfatiza la búsqueda de identidad por parte del protagonista que acabará descubriendo lo que es. Los vampiros, como él, conviven con total naturalidad con los humanos, lo cual es una ruptura total con los estereotipos dados hasta el momento.(...)" (Luis Deltell)
En la década de los ochenta en la isla predomina el cine de género, capaz de reflejar el cataclismo del momento del Período Especial. Se vive un proceso social que trae consigo un estilo crítico del cual se nutre esta película, cuestionadora y reflexiva, que recrea los años treinta, mirando a un pasado que justifica una globalización y que, de entre sus peculiaridades, cabe destacar la del monopolio mundial de los grandes estudios de Hollywood, pero además la pluralidad, la novedad y nuevas idiosincrasias permitiendo la ruptura con lo clásico.
Es así, bajo un llamado Cine Imperfecto y mediante el uso de un lenguaje dirigido a un público maduro, como se generan cambios en los patrones establecidos y se permite ver reflejado el momento histórico con el cual se identifica el receptor de la obra. La animación, estereotipo encasillado a la infancia, queda anulada por ese hablar intencionado con tono adúltero, político y con un generoso toque de humor negro como, se puede ver en el minuto trece, en la famosa escena donde se ofrece catar sangre humana. Esta tendencia fue criticada en diferentes países, sobre todo en aquellos donde el capitalismo estaba más consolidado (...).
En el mundo de la gran pantalla, la universalización de las obras maestrasse debe a una reiteración de tramas, problemas y personajes pero el tratamiento de temas políticos y sociales de este momento rompe con ella. La narración, específica de esta etapa socio-cultural única, ofrece al espectador de la obra nuevas sensaciones y aspectos no vistos con anterioridad en el cine. Ya no encontramos superhéroes, los ídolos son, ahora, humanos.
El tratamiento de los temas críticos bajo el punto humorístico podría inducir al equívoco de creer que no es más que una simplificación de los problemas, como es habitual en el cine de animación clásico donde el bien y el mal están claramente diferenciados, no obstante, esta suposición aquí sería errónea. La banalización es utilizada como herramienta, arma de crítica, restando importancia a temas impactantes y típicos de los países latinoamericanos, que los subraya otorgándole, de esta manera, mayor visibilidad.
Juan Padrón enfatiza la búsqueda de identidad por parte del protagonista que acabará descubriendo lo que es. Los vampiros, como él, conviven con total naturalidad con los humanos, lo cual es una ruptura total con los estereotipos dados hasta el momento.(...)" (Luis Deltell)
https://mega.nz/#!JMNUnCiJ!xrES9bKv-gH4Cn7X-CiiJ1SWmoyMSQY_FoaGAPcHrP4
https://mega.nz/#!JAdHkIwb!ERQiIPPALgCK50NKMeaKdUCfQIH8_iSDRhBqKPBnrHY
1 comentarios:
Gracias por el aporte
Publicar un comentario